¿QUÉ TIENE QUE VER EL CLIMA Y LA CULTURA DE LA CENTRAL DE FRANQUICIAS CON LA EXPANSIÓN?

Cambio de escenario

Cuando el viento sopla de cara, todo parece funcionar, llevándonos a la inercia. Uno de esos momentos puede llevarnos a pensar que tenemos un equipo afín, pero la realidad es que cada uno tiene un ritmo e incluso un destino distinto, preocupándose de lo suyo, ignorando los objetivos comunes o intereses generales.

El problema se produce cuando hay una tormenta y no sabemos, no podemos o incluso no queremos salir de la situación de crisis en la que nos hemos visto arrojados y en demasiadas ocasiones nos hundimos.

También sabemos, que cuando la tripulación está cohesionada y trabaja para un mismo objetivo, intenta aguantar a flote, esperando que pase la tormenta y vuelva a salir el sol, que siempre sale.

Superando de forma colectiva el momento de crisis, se toma más conciencia de lo bonito e importante que es contar con un buen equipo y salir juntos de una situación complicada. Es así, pura antropología.

Ahora bien, vamos a dejarnos de metáforas en este artículo y nos centraremos en el marco que nos ocupa, la empresa y en concreto una que cuenta con una red de franquicias.

Si tenemos un equipo (propio, de colaboradores, asociados, franquiciados...) que no se siente feliz, es menos productivo y entra en una zona de confort, afectando negativamente al clima de la empresa y a la cuenta de resultados.

Partiendo de esta base, vamos a poner un ejemplo que nos ayude a contextualizar la situación: disponemos de un equipo en una sede central que ofrece servicios a la red de locales propios y franquiciados. Servicios tales como gerencia, administración, compras, operaciones, marketing, expansión ... dicho equipo está de forma general en su "zona de confort", cada uno tiene su función, y el sistema de gestión de la empresa es el tradicional, es decir, existiendo un proceso definido de control y coordinación. Vamos a sumar algunos ingredientes más.

Ahora pongamos el foco en los franquiciados que son personas jurídicamente independientes, que han confiado en la franquicia que adquirieron, valorando la propuesta de valor de la franquicia y los activos que se incluían en el pack de franquicia. Evidentemente, en la negociación entre las partes se crearon unas expectativas que les llevó a firmar un acuerdo.

Estamos a mitad de año y se ha crecido en unidades franquiciadas fuera de lo previsto en el plan anual, la dirección está muy contenta por las oportunidades que ofrece el mercado a la compañía. Todo parece indicar que vamos por el camino del éxito, pero detectamos una situación, el equipo se desborda. Al tener margen contratamos más personal, para así poder compensar la situación. El clima y la cultura empresarial es determinante, por este motivo las incorporaciones, en un breve plazo de tiempo, se situarán en la misma situación de conformismo.

Los franquiciados que están en toda España ya se han resentido de la situación que se vive en la central, y se empieza a crear una comunicación paralela entre los franquiciados de la compañía. Algunos se han puesto por su cuenta haciendo la misma actividad, a pesar de lo complicado que es rescindir el acuerdo firmado, piensan que no merece la pena pagar por lo que ofrece la central, además han aprendido lo necesario para hacerlo solos. También es importante decir que algunos franquiciados aguantan estoicamente la situación empatizando con la central y dando soporte incondicional.

Por último, a principios del año siguiente llega un revés en el mercado y toda la empresa debe adaptarse rápidamente a este cambio. Pero esta vez los accionistas ya no están por la labor de invertir más, quieren su EBITDA esperado.

Imaginar como termina la historia, en el mejor de los casos, salvo contadas excepciones, restructuración en la central y las unidades propias. Ahora bien, podemos pensar que en la red franquiciada, a veces, recibe la información parcial, pero por contra, también recibe todas las consecuencias de lo que se decide en la central.

Podéis pensar que es un ejemplo exagerado, pero nos encontramos con muchas empresas que deben mejorar la gestión de sus equipos y proyectos. Y esto pasa, ineludiblemente, con un cambio de cultura empresarial , necesitando una gran voluntad de cambio y sobretodo, un plan de acción, haciendo y pensando. thinking and doing

Así que me atrevo a afirmar que uno de los indicadores para detectar si un modelo de negocio en franquicia es una buena oportunidad para invertir. Es analizar si la “cultura y clima empresarial” de la central de franquicias es adecuada. Hoy ya no vale lo de siempre

Aquí es donde se hace evidente la necesidad de implementar sistemas de gestión de equipos colaborativos mediante sistemas ágiles, en general en todas las empresas, pero si se tiene una red externa, bien sea propia, de franquiciada o de algún tipo comercio asociado es obligatorio.

Las empresas que antes de la pandemia disponían de una cultura empresarial, es decir, una personalidad de empresa que generaba un clima organizacional positivo y gestionaba proyectos de forma colaborativa, han podido responder de una forma más eficiente a la situación que nos ha llevado la COVID-19, comunicándose correctamente con su red bien sea propia o externa.

Replantearse la forma de gestión de los equipos, incluido aquí el equipo externo como los franquiciados, en una realidad de gran incertidumbre como la actual, volatilidad, complejidad y ambigüedad, es crítico.

Existen infinidad de herramientas colaborativas que ayudan, a que los equipos aumenten las aptitudes y mejoran la actitudes necesarias para generar un beneficio mutuo.

Para ello debemos que conseguir implementar una cultura organizativa favorable, con sus principios y valores. Y inspirar a los equipos para que mejoren su actitud y aptitud usando recursos colaborativos. ¿El propósito? lograr una mejora continua.

Ahora es el momento de revisar como transmitimos el saber hacer. Apoyándonos en herramientas centradas en el usuario y no en el producto.

De esta manera, podremos conseguir una experiencia de franquiciado dinámica y personalizada aumentando el “engagement" de tu red y siempre analizando los datos e interacciones en la dimensión de colaboración.

A fin de cuentas, se conseguirá mejorar la productividad de las partes y todo porque el mercado nos lo reconocerá, y sin lugar a dudas, es por este motivo que tenemos una empresa y queremos sacar su máximo rendimiento y cumplir con unos criterios de calidad y satisfacción.


Griselda Prat

Especialista en retail, ventas y expansión en franquicia.

griseldaprat@comercioyfranquicia.com